Cualquiera que haya tenido el placer de pasar sus vacaciones en San Gimignano o simplemente visitarlo seguramente habrá notado las colinas que lo rodean. Es en uno de estos cerros, casi tocando las imponentes Torres, donde se ubica la finca Torre Prima.
Como dicta la tradición toscana, Torre Prima también conserva una historia misteriosa y no es fácil establecer su verdadera edad. La finca parece estar ya presente en 1823, año en que se estableció el primer registro catastral; algunas fuentes también mencionan la presencia del duque Amedeo d'Aosta en Torre Prima hacia 1867. Se dice que le encantaba pasar allí muchas de sus horas libres, dedicándose a la caza. Rodeado de olivares, viñedos, robles centenarios y enebros, el pabellón de caza aún conserva el encanto de tiempos pasados.
La familia Pollina, que emigró de Sicilia, compró la cabaña y parte de sus tierras en 1970. Invirtiendo tiempo y esfuerzo, además de enfrentarse a duros sacrificios, renuevan los antiguos establos y cobertizos; en los años siguientes lograron ampliar la propiedad, hasta que en 1996 la finca Torre Prima se convirtió en una espléndida masía en el corazón de Chianti.